La primavera de 2024 en Argentina ha sido la más cálida desde que se tienen registros, con anomalías térmicas significativas. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anticipa que el verano de 2025 tendrá temperaturas superiores a lo normal en gran parte del país. Estos eventos extremos son atribuidos al cambio climático, que facilita olas de calor más largas e intensas.
Ante este panorama de altas temperaturas, la hidratación se vuelve esencial. La sudoración, mecanismo principal de defensa del cuerpo contra el calor, provoca pérdida de agua, sales y minerales. Para reequilibrar el cuerpo, se recomienda consumir de 1.5 a 3 litros de agua diarios, dependiendo del peso corporal, y aumentar levemente la ingesta con el calor. Además del agua, se pueden consumir jugos naturales de frutas y leche descremada. Es importante evitar bebidas alcohólicas y azucaradas, ya que aumentan la pérdida de agua. La sed es un signo de deshidratación, por lo que hay que anticiparse a esa sensación.
Además de la hidratación, es crucial mantener una dieta adecuada, rica en frutas y verduras jugosas como sandía, melón, naranja y uva, así como lechuga, pepino, tomate, y espinaca. Se recomienda reducir el consumo de alimentos fritos y grasos, que son de digestión lenta.
