El 24 de diciembre de 2002, vísperas de Nochebuena, falleció Tita Merello (Laura Ana Merello) en la Ciudad de Buenos Aires, a la edad de 98 años. La reconocida actriz y cantante de tango había sido diagnosticada recientemente con cáncer de mama con metástasis cerebral, enfermedad para la que decidió no someterse a tratamiento.
Días antes de su deceso, Merello expresó su deseo de pasar la Navidad con sus seres queridos “allá arriba, todos juntitos”, y según sus médicos, sus últimas palabras fueron “Me está llegando la hora”. A las 12:40 horas, mientras dormía en la Fundación Favaloro, sufrió un paro cardiorrespiratorio. Según el director de la institución, Eduardo Gabe, la artista había amanecido bien aunque con pequeños dolores físicos y problemas para respirar, y no quiso desayunar antes del fatal desenlace.
Una de sus últimas voluntades fue que el dinero que se hubiera destinado a flores se donara a la Fundación Favaloro. Al día siguiente, a las 9:00 horas, sus restos fueron trasladados a la iglesia San Pedro González Telmo, donde se celebró una misa de cuerpo presente con la participación de familiares, amigos y personalidades del ámbito artístico.
El cortejo fúnebre recorrió la Fundación Favaloro y la calle Corrientes al 1300, donde se levantó un monolito en recuerdo del conventillo en que vivió Merello durante su adolescencia. Encabezado por el Regimiento de Patricios, se arrojaron flores y se entonó el Himno Nacional Argentino junto al tango “Hotel Victoria”, elegido por la propia difunta. Posteriormente, el cortejo continuó hacia el cementerio de La Chacarita, donde los restos de la artista fueron cremados y depositados en el Panteón de Compositores de SADAIC.
Tita Merello dejó un legado artístico imborrable, con cuatro tangos destacados: Al tango lo canto así, Decime Dios dónde estás (con Bernardo Manuel Sucher), Llamarada pasional y Muchacho rana (ambos con Héctor Stamponi). Su voz y su historia siguen siendo un símbolo del tango y la cultura argentina.





