Este registro, informado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), marcó un nuevo récord que no se veía en los últimos 15 años. El dato de la falta de pago, sobre préstamos y tarjetas de crédito, devela el complejo escenario económico que atraviesa la sociedad.
El incremento de la morosidad acumuló una tendencia alcista de 10 meses consecutivos. Específicamente, el nivel de irregularidades de los préstamos recibidos de instituciones bancarias subió 0.9% con respecto al mes de julio. Esta situación es el resultado de la combinación de elevadas tasas de interés y el acotado dinamismo de los salarios reales, lo cual impacta directamente en la capacidad de pago de las familias.
La irregularidad no solo afecta a los hogares. El mismo documento del Banco Central, entidad que preside Santiago Bausili, expuso que las empresas cuentan con un nivel de morosidad del 1.4%. Esta cifra, que demuestra una suba mensual de 0.2 puntos porcentuales, alcanzó el máximo nivel de irregularidades del sector corporativo desde el año 2024.
El panorama para las empresas se ve agravado por los costos financieros extremos. Los adelantos en cuenta corriente, esenciales para la liquidez de corto plazo de las empresas, alcanzaron una Tasa Nominal Anual (TNA) del 191%, equivalente a una Tasa Efectiva Anual (TEA) del 551%. Este valor de la TNA es el más alto registrado desde que existe la serie estadística, que comenzó en 2009.
La severidad de las tasas hace que, incluso al considerar una inflación esperada para los próximos 12 meses en el rango del 20% al 25%, el costo financiero real para las empresas se sitúe cerca del 440% anual. Esto tiene un impacto devastador: un crédito destinado a cubrir gastos corrientes puede llegar a duplicar su saldo pendiente en tan solo cuatro meses.