Arsat enfrenta una pérdida acelerada de personal especializado, con un 15% de su equipo calificado abandonando la compañía debido a que no les paga lo acordado en las paritarias 2023. Los trabajadores denuncian que no recibieron los aumentos correspondientes desde diciembre, lo que genera un conflicto que ya lleva 10 meses. Arsat es clave para que el país se mantenga entre los apenas ocho del mundo que fabrican, producen y operan sus propios satélites, pero la falta de inversión y los bajos salarios la amenazan.
El gobierno argentino, sin embargo, invita a Elon Musk a avanzar con SpaceX en el país, destacando la "apertura al mundo" y el "enfoque en la innovación tecnológica". La Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología subrayó en su cuenta de X que "La Argentina cuenta con los recursos humanos y la infraestructura necesarios para proyectos espaciales a gran escala". Sin embargo, sus profesionales están en disputa con Arsat por la deuda salarial y la desvinculación de los acuerdos paritarios del sector de telecomunicaciones.
Los trabajadores explicaron que desde diciembre de 2023, cuando la administración saliente no firmó a tiempo el acuerdo paritario, la empresa resolvió no aplicar los aumentos, lo que ha congelado los salarios y causado una pérdida real del 50% en sus ingresos. Más de 600 familias se ven afectadas por esta situación, mientras la compañía genera ingresos por la exportación de servicios satelitales a Estados Unidos, Canadá y Sudamérica. Además, desde diciembre, no se han lanzado nuevos proyectos ni se han realizado inversiones en áreas clave como Satelital, Fibra Óptica y TV Digital Abierta. Los retiros voluntarios y la falta de horizonte empeoran la pérdida de capital humano en la empresa. Los empleados también han recurrido a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) buscando una solución al conflicto, mientras la única propuesta firme es la potencial privatización parcial de Arsat, que podría cotizar en la Bolsa de Buenos Aires en 2025.
La invitación del gobierno a Elon Musk es vista con preocupación, ya que su empresa SpaceX compite directamente con Arsat, una compañía estatal que conecta a miles de escuelas rurales y ofrece servicios esenciales a áreas desatendidas del país.
El Instituto Balseiro, fundado en 1955, emblema de la educación pública y gratuita en la Argentina, enfrenta una crisis marcada por la fuga de cerebros. En el último año, sumando jubilaciones y renuncias, 62 docentes han dejado la institución, siendo reemplazados por graduados sin la misma experiencia.
Este año no se ha inscrito ningún estudiante en los doctorados de Ingeniería y Física, debido a la falta de perspectivas para jóvenes científicos en el país. El director del Balseiro, Mariano Cantero, describió esta situación alarmante, destacando la caída en los salarios y el rápido deterioro de las condiciones de trabajo.
"La comparación con los años 90 es clara, pero el impacto actual es mucho más severo por la aceleración de cambios globales. Además, Bariloche, donde está el instituto, es una ciudad tradicionalmente costosa, lo que agrava aún más la situación para estudiantes y docentes".