La canción viral que conmovió a Argentina y pide que Messi nunca se despida

7 de septiembre 2025, 16:00hs

Argentina entera vibra con un mismo deseo: que Lionel Messi nunca deje de vestir la celeste y blanca. Ese sentimiento encontró eco en “Que el último baile no llegue nunca más”, la canción del artista Juan Portella que se volvió viral tras los rumores de despedida del capitán.

La viralidad del tema tuvo un marco especial: el estadio Monumental repleto en un partido de Eliminatorias ante Venezuela, donde Messi jugó lo que podría haber sido su último encuentro de local con la Selección. Aquella noche, con dos goles y una actuación mágica, el 3-0 quedó en segundo plano frente a la emoción de millones que sintieron que el tiempo empezaba a escaparse.

Portella contó que la idea nació casi de casualidad, cuando sus seguidores en Instagram le pidieron que compusiera un tema para Messi. Sin embargo, detrás había algo más profundo. “Siempre fue una fuente de inspiración en mi vida. Justo atravesaba decisiones difíciles sobre mi carrera musical y pensé en su ejemplo de lucha. Me salió escribir desde ese lugar, desde la perseverancia”, relató en diálogo con Infobae.

La letra refleja no solo su admiración, sino también lo que millones de hinchas sienten: la necesidad de aferrarse a la magia de Messi y retrasar la despedida lo más posible. “Cada vez falta menos para ese último baile, y no se trata de negar la realidad, sino de querer congelar el tiempo. Para muchos, verlo en la Selección es un cable a tierra, un alivio frente a los problemas”, confesó el músico.

Aunque la despedida llegará en algún momento, Portella resalta lo esencial: disfrutar cada instante que queda. Con su canción busca dejar una huella en la memoria colectiva que rodea a Messi. “Él representa un impacto positivo en el mundo, y yo aspiro a conectar con la gente a través de mi arte, como él lo hizo con el fútbol”, aseguró.

Hoy, la melodía de Juan Portella es mucho más que un tema musical. Es la súplica de un país entero que no quiere decir adiós, porque Messi no es solo un jugador: es orgullo, esperanza e ilusión eterna de que ese último baile nunca llegue.

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