Las perspectivas están dadas para que los corsos 2025 de la Capital del Carnaval sean todo brillo y resplandor. Además de todo lo que implica el paso de las comparsas, hay comerciantes, talleres, modistas y trabajadores de otros rubros que se muestran optimistas porque tendrán, como todos los años, un importante ingreso mediante las noches de corsos.
En forma gradual y sistemática comienzan los preparativos para que pasistas, bastoneras, reinas, scolas de samba y las hinchadas pongan lo mejor de cada uno buscando sumar puntos. El año pasado el intendente Mauro Leiva recibió al gobernador Leandro Zdero. Ambos, totalmente distendidos, aplaudieron el paso de las comparsas y de agrupaciones carnestolendas humorísticas de la Capital del Carnaval. El titular del Poder Ejecutivo provincial elogió la fiesta del carnaval de esta ciudad y se aguarda que apoye al evento.
Prácticamente en un caos que genera un pronunciado declive, cuesta abajo, de la venta comercial hay rubros que con los corsos de la Capital del Carnaval se aprestan a incrementar sus ventas. Un cuadro que proyecta llegar hasta la primera quincena de febrero y que se inició en noviembre, apenas se conoció que frente a todas las adversidades el municipio decidió organizar los corsos 2025. Como todos los años la fiesta del carnaval de esta ciudad, la más importante de la provincia, deja impacto económico positivo para los rubros vinculados con la misma. Sin precisar su magnitud, los corsos le inyectan movimiento económico a esta ciudad.
Un traje, con su espaldar pasando por el bordado, la estructura de una carroza a partir del trabajo de herrerías, el público en las tribunas que consumen bebidas y alimentos, entidades de bien público que realizan actividades para obtener fondos, diseñadores, equipos de sonido, ventas de plumas, venta de nieve, junto con otros artículos de destaque, son algunos de los elementos utilizados en los corsos y que son abastecidas por casa comerciales del medio.
Además, se paga el servicio de policía adicional que beneficia a quien cumple con esa función. Así, corresponde traer en escena que aquí, y a pesar de la muy justificada quejadera generalizada, para los corsos siempre hay plata: es una evidencia del alto espíritu carnestolendo -amantes de las noches de corsos- de muchos sanmartinianos. Este año, en el cual muchos califican como la peor crisis de los últimos tiempos, no es la excepción.
