Gloria Romero rompió el silencio con lágrimas de alivio tras el veredicto histórico

Tras el veredicto histórico emitido por el jurado popular este sábado 15 de noviembre de 2025, Gloria Romero, madre de Cecilia Strzyzowski, rompió el silencio con un emotivo mensaje publicado en Instagram.
15 de noviembre 2025, 17:59hs

Bajo la frase "Gracias Chaco", Romero expresó un profundo alivio después de más de dos años de angustia y miedo. En su extenso video, mezcló el alivio, la gratitud y el dolor, celebrando que su otra hija, Ángela, "ya no corre peligro".

El principal motivo de la tranquilidad de la madre se centró en la seguridad de su hija menor. Entre lágrimas, Gloria confesó: "Estas lágrimas son de alegría y de tranquilidad. Gracias a Dios, esos hijos de puta no van a poder llegar a Ángela". Romero admitió que vivió dos años "pensando que en cualquier momento venían por ella", y reconoció que incluso llegó a arrepentirse de haber denunciado, sintiendo que "Si me matan a mí no importa, pero ella merece vivir".

La madre de Cecilia también abordó el alto costo personal de la lucha, reconociendo: "Tengo picos de presión, esta causa se llevó mi salud". Agradeció especialmente a quienes acompañaron la causa desde el comienzo. Entre ellos, mencionó a los fiscales (como "el Puma" Gustavo Briend, Nelia Velázquez y Martín Bogado) y al abogado querellante Juan Arregín. Además, destacó el rol de los medios, afirmando que la presión pública fue clave: "Sin la presión, ellos tenían demasiado poder".

Con el veredicto en firme, Gloria Romero sintió un profundo desahogo, declarando que por fin va a "poder dormir tranquila sabiendo que esa gente no va a lastimar más a nadie". A pesar del dolor y las "muchas preguntas a Dios" sobre "¿Por qué mi hija? ¿Por qué ella?", el mensaje finalizó con una nota de fe y justicia ante la decisión del jurado: "Se hizo justicia. Gloria a Dios, gloria a Dios".

Otra de las imágenes más conmovedora fue la de Mercedes, la abuela de Cecilia Strzyzowski, quien vivió el momento con una mezcla intensa de alivio, emoción y un dolor contenido. Apenas el jurado pronunció las palabras que definieron la responsabilidad penal de los acusados, Mercedes reaccionó llevándose una mano al pecho, intentando sostener el peso de meses de angustia. Quienes presenciaron el momento describieron sus lágrimas como silenciosas, pero profundas, cargadas de significado.

Por un instante, la abuela de Cecilia pareció quedarse inmóvil, como si necesitara confirmar que lo que había escuchado era real. Luego exhaló una respiración que reflejó la "espera interminable" de una abuela que nunca dejó de pedir justicia por Cecilia. Esta emoción simbolizó el costado más humano de esta causa: el reconocimiento a la lucha incansable de una familia por encontrar la verdad.

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