A pesar de un leve respiro en enero de 2025, el consumo continúa mostrando signos de debilidad, manteniéndose por debajo de los niveles previos a la asunción de Javier Milei como presidente. Tras un 2024 calificado como el peor año histórico para las ventas del sector lácteo, el primer mes de 2025 experimentó una mejora respecto a enero de 2024, pero aún no alcanza las cifras de enero de 2023.
Las ventas totales de lácteos en enero de 2025 aumentaron un 17,4% en comparación con enero de 2024, sin embargo, todavía se encuentran un 3,3% por debajo de enero de 2023 e incluso por debajo del mismo mes en 2022, lo que indica que la recuperación no es sostenida. El año 2024 marcó una caída catastrófica del 9,6% en comparación con 2023, con ventas que por primera vez cayeron por debajo de los 2.000.000 de miles de litros y toneladas.
La leche fluida, producto básico del sector, refleja la misma tendencia. Si bien en enero de 2025 se observó un aumento del 13,2% en las ventas respecto a enero de 2024, estas siguen estando un 3,8% por debajo de enero de 2023, que fue el último año previo a la gestión de Milei. El 2024 también fue el peor año histórico para la venta de leche fluida, con una caída del 8,3% en comparación con 2023.
El impacto de la era Milei se evidencia aún más en la leche en polvo, un producto clave para el consumo popular, las compras públicas y la primera infancia. En 2024, las ventas apenas superaron las 60.000 toneladas, marcando el peor año histórico con una caída del 20% respecto al peor año anterior (2022) y un 27% menos que en 2023. Aunque en enero de 2025 las ventas de leche en polvo registraron un aumento significativo del 35% respecto a enero de 2024, todavía se encuentran un 4,6% por debajo de enero de 2023.
Los datos de la Dirección Nacional de Lechería señalan que, con la excepción de diciembre de 2024, todos los meses del año pasado registraron una disminución interanual en las ventas de lácteos, lo que refleja una profunda crisis en el sector. A pesar del repunte de enero de 2025, la situación sigue siendo preocupante, ya que el consumo de lácteos, un indicador del poder adquisitivo, aún no alcanza los niveles previos a la era Milei. La recuperación dependerá de factores económicos y de políticas que faciliten el acceso a productos básicos.