Sandra Salto, emprendedora chaqueña detrás de Rico con Algarroba, compartió en Radio Facundo Quiroga la historia de su producción artesanal basada en un ingrediente ancestral: la harina de algarroba. Desde su pequeño taller en el Gran Resistencia, transforma este fruto del monte chaqueño en alfajores, chipá, budines y pan dulce, con una propuesta que une sabor, salud y raíces culturales. “La algarroba es noble, tiene una profundidad de sabor que sorprende y además no contiene gluten. Me posicioné en ese nicho y reversioné todo lo clásico con este ingrediente”, explicó. Comenzó a experimentar con ella durante la pandemia y hoy su catálogo supera la docena de variedades de alfajores, entre los que se destacan sabores como mamón, quinoto y uvas al licor. "En Chaco hay mucha gente creativa con productos increíbles. Hay 27 tipos de algarroba. ¿Por qué no tener también nuestro propio festival chaqueño del alfajor?”, agregó.