Cuello brinda charlas bíblicas en el Hospital Perrando y colabora con el grupo "Jesús Pan de Vida" en la parroquia Cura Brochero, enfocándose en restaurar los valores cristianos. Durante la entrevista, Marcelo fue tajante sobre la raíz de la crisis actual al afirmar que "lo que hoy nos está pasando es en la falta de límites y la falta de Dios".
Su camino hacia el servicio nació de una profunda crisis personal y de salud que lo llevó a estar internado en la sala 13 del hospital local. Cuello relató que, tras años de una vida que él describe como "pagana" y llena de excesos, con fracasos económicos y físicos fueron el punto de quiebre para su conversión. Al reflexionar sobre la importancia de reconocer la propia finitud, utilizó la metáfora del solideo para explicar que "nosotros queremos pelear con la fuerza nuestra pero, de acá para arriba tiene que ser Dios".
En su trabajo con los jóvenes en recuperación, Cuello destaca que la enseñanza bíblica funciona como una herramienta de fortaleza que transforma vidas, citando ejemplos de chicos que pasaron de la marginación a realizar obras solidarias. Según Marcelo, el conocimiento de la palabra es fundamental para resistir las recaídas y las tentaciones del entorno. Para él, la victoria sobre el consumo requiere en una guía espiritual clara, advirtiendo que "si no sabemos lo que está escrito, no pasamos la prueba".
Finalmente, el misionero envió un mensaje urgente a las familias que se sienten desesperadas y heridas por el consumo de sus hijos, instándolas a no enfrentar el problema en soledad. Recalcó que el aislamiento es el mayor riesgo para quienes buscan sanar y que la comunidad es el mejor refugio. En este sentido, aconsejó enfáticamente a los padres: "que no se aíslen, que no se separen... porque ahí va a ser donde el demonio los alcance más que nunca".





