Superar un trauma emocional puede parecer una tarea imposible para quienes han atravesado experiencias difíciles. Sin embargo, existen enfoques terapéuticos que ofrecen herramientas concretas para aliviar el sufrimiento y recuperar el bienestar. Así lo explicó Juan Lucas Martin, psicólogo clínico argentino radicado en California, conferencista internacional y especialista en el tratamiento del estrés postraumático, quien compartió su mirada integradora sobre este trastorno y las técnicas que enseña para sanarlo.
“El trauma es una herida psíquica. Así como una herida física puede no cicatrizar, lo mismo pasa en la mente”, señaló Martin. Según explicó, hay situaciones que se recuerdan sin generar malestar, pero otras que, aunque hayan ocurrido hace años, se reviven con la misma carga emocional y física del momento original. “Eso indica que el trauma no fue resuelto”, advirtió.
El trastorno por estrés postraumático (TEPT), según la Asociación Americana de Psicología, puede surgir luego de vivir o presenciar un evento amenazante. Martin insiste en que no hace falta haber vivido una guerra para padecerlo: “Hay traumas con T mayúscula y con T minúscula. Puede ser desde una ruptura o una enfermedad, hasta un accidente o una pérdida. Si no resolvemos los traumas primarios, todo nos resulta más traumático después”.
Con más de 20 años de experiencia, el psicólogo desarrolló un enfoque que combina psicología clínica, neurociencias y prácticas orientales. Su curso más reconocido, “Cambia tu Mente, Cambia tu Cuerpo, Cambia tu Vida”, alcanzó a más de 200 mil personas. En junio, llegará a la Argentina para dictar talleres en Rosario, Buenos Aires y Córdoba.
Martin trabaja con dos técnicas que se enfocan en la sanación desde el cuerpo y el sistema nervioso: EFT (Técnica de Liberación Emocional) y NET (Técnica Neuro Emocional). Ambas son autoaplicables, seguras y buscan disolver la carga emocional asociada a eventos dolorosos. “Proponemos hacer una lista de lo que nos dolió y trabajar vivencia por vivencia con estas herramientas. El cuerpo tiene memoria, y cuando hay un trauma no resuelto, aparecen síntomas como tensión muscular, taquicardia o nudos en el estómago”, explicó.
Las prácticas no reemplazan tratamientos médicos o psicológicos, pero pueden ser un complemento eficaz. Además, Martin recomienda ejercicios de visualización a futuro: “El cerebro no distingue lo real de lo imaginado con intensidad. Si nos visualizamos sanos, en paz, empezamos a generar una química interna que acompaña ese estado”, concluyó.