La llegada de diciembre encendió las alertas en el sistema pediátrico por el aumento de accidentes vinculados a la pirotecnia. En comunicación con Radio Facundo Quiroga, el director del Hospital Pediátrico, Hugo Ramos, explicó que la prioridad es la prevención: “Ninguna pirotecnia es inofensiva, todas provocan graves lesiones, no solo a los niños que la manipulan sino también a quienes están cerca”.
Al describir el impacto más allá de las quemaduras directas, remarcó la afectación en otros grupos sensibles: “Los animalitos tienen cuatro veces más sensibilidad auditiva que el ser humano y las personas con autismo también tienen una sensibilidad muy especial al sonido”. En esa línea, enfatizó la necesidad de evitar su uso: “Apuntamos a ser responsables y al no uso de pirotecnia”.
Ramos profundizó en el efecto de los grandes eventos y celebraciones y sostuvo que los estallidos sonoros generan un daño colectivo que no siempre se dimensiona. Para ilustrarlo, planteó: “Es una locura todo lo que se usa en juegos de pirotecnia. Si quieren hacer algo bueno deberían juntar esa plata y hacer beneficencia en cualquier lugar que lo necesite”. También mencionó que no existe una prohibición plena: “No hay una ley que la prohíba, solo anuncios por todos lados”.
El director también detalló cuáles son las lesiones más frecuentes y advirtió que muchas podrían evitarse si no hubiera manipulación de explosivos. Sobre los casos que atienden, explicó: “La mayor parte de las lesiones se producen en la cara, en los ojos y entre un 20% y 40% en manos y dedos”. Además, alertó sobre daños que exceden las quemaduras: “Te puede provocar la voladura de un dedo, la pérdida de un ojo o sordera por la lesión a nivel del oído”.
Finalmente, Ramos describió el procedimiento inmediato ante un accidente pirotécnico y señaló la única acción recomendada para un adulto responsable. “Lo primero que hay que hacer es mojar la zona con agua fría o de canilla, no colocar nada y concurrir rápidamente a un centro de salud”, indicó.





