El origen de la Navidad, una mezcla de tradiciones milenarias, fe y adaptación cultural

24 de diciembre 2025, 8:27hs

Todos los 24 de diciembre, las familias se reúnen para conmemorar una de las fechas más emblemáticas del calendario católico: la Navidad. En esta jornada se intercambian regalos y se organiza una cena especial que reúne a familiares, especialmente a los más pequeños, quienes esperan con ilusión la llegada de Papá Noel o Santa Claus.

Según los parámetros religiosos, el 24 de diciembre se denomina víspera de Navidad o Nochebuena, ya que tradicionalmente se cree que Jesús nació entre la medianoche y la madrugada de ese día. Por esta previa al nacimiento, la noche del 24 se llama Nochebuena, augurando acontecimientos especiales y buenos presagios. Desde el año 380 se celebran misas por este nacimiento tan esperado, consolidando la tradición cristiana.

La figura de Papá Noel también está asociada a esta jornada, ya que se cree que vuela desde el Ártico hacia todos los hogares para dejar regalos. Otra hipótesis apunta a sus raíces en festividades paganas, como las Saturnales romanas, donde se realizaban banquetes y se intercambiaban regalos en honor al dios Saturno.

Con el paso de los siglos, las celebraciones de Nochebuena cambiaron. En el siglo XVI se realizaban dos misas: la de Aguinaldo por la mañana y la Misa de Gallo a medianoche. Actualmente solo se celebra esta última, y las reuniones familiares se trasladaron del espacio público a los hogares, centrando la Nochebuena en la familia.

La tradición de los regalos también tiene su origen en la historia religiosa y pagana. Por un lado, se asocia con los obsequios que los Reyes Magos le llevaron a Jesús; por otro, con festivales romanos donde se entregaban regalos al emperador durante el solsticio de invierno. Hoy, los regalos se entregan entre familiares cercanos como gesto de amor y agradecimiento, abriéndose generalmente después del brindis de la Nochebuena.

El árbol de Navidad también tiene una historia antigua. Los germanos celebraban el solsticio decorando un roble gigante, creencia que luego fue transformada por San Bonifacio alrededor del año 740, reemplazando el roble por un abeto adornado con manzanas y velas. Su forma triangular representa la Santísima Trinidad y sus hojas siempre verdes simbolizan la vida eterna, tradición que aún se mantiene en millones de hogares de todo el mundo.

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