El reconocido cantor popular salteño, Zamba Quipildor, anunció una gira que se extenderá durante dos años, aunque él expresa que no concibe el retiro como un final, sino como una celebración. Símbolo de la música de raíz folclórica, esta serie de conciertos, que tuvo una emotiva previa en diciembre pasado en Concepción del Uruguay, servirá para devolver todo el cariño y respeto recibido en sus más de cinco décadas de carrera.
La trayectoria de Gregorio Nacianceno Quipildor, comenzó en Coronel Moldes, Salta donde las bagualas de su padre y el canto entre cultivos de tabaco marcaron su destino. Tras trabajar en una carnicería de día y cantar en peñas de noche, su carrera despegó en Buenos Aires con el apoyo de figuras clave como el Dr. Carlos Mandri y, especialmente, Ariel Ramírez, quien lo eligió como intérprete principal de la icónica Misa Criolla. Juntos, recorrieron casi 80 países llevando la música argentina a los escenarios más prestigiosos del mundo.
Además de su legado artístico, desde hace 18 años, trabaja incansablemente en la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI), representando a más de 47.000 artistas.
La decisión de emprender esta gira surgió tras una internación que lo tuvo al borde de la muerte, lo que lo llevó a redireccionar su energía hacia la música. Zamba Quipildor concibe este adiós como "una gran fiesta" que vivirá con su familia siempre al lado, buscando acercarse con su música a cada rincón del país. Para él, es fundamental despedirse "a su modo: con alegría, con agradecimiento y con respeto por el público", mientras aún puede ofrecer lo mejor de su voz y su arte.