El sector panadero atraviesa un cierre de año complicado, marcado por la caída en la demanda, el aumento de costos y la competencia desleal. Alejandro López, presidente del Centro de Industriales Panaderos del Chaco, explicó que las panaderías han adoptado estrategias prudentes, como producciones limitadas y fraccionamiento de productos, para evitar el desperdicio y facilitar el acceso de los clientes. “El pan dulce artesanal ronda entre $10 mil y $12 mil el kilo, pero ofrecemos porciones más pequeñas para que más personas puedan disfrutar de estos productos”, destacó.
Además de las dificultades económicas, los hábitos de consumo han cambiado. Según López, muchos optan por productos de góndola debido a la comodidad, aunque estos no siempre igualan la calidad de los productos artesanales. A pesar de la situación, señaló que no se han registrado cierres entre las panaderías asociadas al Centro y expresó su esperanza de que el próximo año traiga mejoras para el sector.
El contexto actual también resalta la necesidad de un consumo consciente. “Esperamos que los clientes valoren el trabajo artesanal y apoyen al comercio local. Nuestro esfuerzo está en ofrecer calidad y mantenernos a pesar de las adversidades”, concluyó López, apostando al compromiso y la resiliencia de las panaderías chaqueñas.
