La demencia vascular es una afección cerebral poco conocida, pero que afecta a miles de personas, especialmente en la población adulta mayor. Sus síntomas, como problemas de memoria, confusión y cambios en el comportamiento, son similares a los de otras enfermedades como el Alzheimer, pero sus causas y tratamiento son diferentes.
Según el doctor Alejandro Andersson, neurólogo y director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), la demencia vascular se debe a problemas en el suministro de sangre al cerebro, lo que provoca la muerte de células cerebrales. Este deterioro cognitivo progresivo se da debido a la disminución del flujo sanguíneo y puede originarse por varios factores, como accidentes cerebrovasculares (ACV), hipertensión no controlada, diabetes y enfermedades cardíacas.
Los síntomas de la demencia vascular incluyen dificultades de memoria, especialmente en etapas avanzadas, y problemas en la planificación y toma de decisiones. Además, pueden presentarse cambios en la personalidad, como irritabilidad y apatía, así como trastornos motores, como problemas de marcha y equilibrio. A medida que la enfermedad avanza, los síntomas pueden incluir dificultades para hablar, leer o escribir, y hasta pérdida de control de la vejiga.
En cuanto al diagnóstico, se realiza mediante una evaluación neurológica, pruebas neurocognitivas y estudios de imagen, como la tomografía o resonancia magnética, para detectar daños en el cerebro, como infartos. Es importante diferenciar la demencia vascular de otras formas de demencia, como la enfermedad de Alzheimer, para determinar el tratamiento adecuado.
El tratamiento se centra en controlar los factores de riesgo, como la hipertensión y la diabetes, además de prescribir medicamentos anticoagulantes y antiagregantes para prevenir nuevos infartos. También se recomienda rehabilitación cognitiva y ejercicios para estimular la memoria.
Para prevenir la demencia vascular, la Facultad de Medicina de Harvard aconseja controlar las enfermedades crónicas, mantener un estilo de vida saludable, dejar de fumar, hacer ejercicio regularmente, seguir una dieta balanceada y manejar el estrés. Implementar estas medidas puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad cerebral.
En Argentina, la demencia representa un creciente desafío de salud pública, con un diagnóstico de aproximadamente 77 mil nuevos casos cada año, de los cuales 15 mil corresponden a demencia vascular. Este panorama subraya la importancia de la detección temprana y la implementación de estrategias preventivas para combatir este mal.
