El Gobierno nacional consiguió una amplia victoria política con la aprobación del Presupuesto 2026, un resultado que fortaleció al presidente Javier Milei, le permitió quedar al borde de los dos tercios en el Senado y abrió fisuras en todos los bloques opositores, consolidando una nueva dinámica de negociación con gobernadores como eje central del poder.
La sesión tuvo como centro operativo el despacho de Patricia Bullrich, desde donde se articularon acuerdos políticos y financieros que derivaron en un resultado de 46 votos a favor y 25 en contra, una diferencia que no solo garantizó la sanción del Presupuesto sino que dejó al oficialismo en una posición estratégica para futuras designaciones clave, como las de la Corte Suprema.
El respaldo llegó desde distintos espacios, incluidos sectores del peronismo y el radicalismo, a partir de negociaciones que incluyeron avales financieros y aceleración en el envío de fondos a provincias, especialmente del Norte Grande, donde varios mandatarios se transformaron en socios circunstanciales de la Casa Rosada pese a mantener reclamos judiciales por deudas previas.
El resultado parlamentario también reconfiguró el mapa interno del oficialismo, con un fortalecimiento del ala liderada por Karina Milei, que avanzó en espacios de poder institucional y lanzó formalmente la estrategia de reelección presidencial para 2027, apostando a una campaña permanente sostenida en el desempeño económico.
Con el Presupuesto aprobado, el foco inmediato del Gobierno se traslada a la economía, particularmente al desafío de afrontar los pagos de deuda de enero y sostener la estabilidad financiera, una variable que será determinante para el clima político del año próximo y para las aspiraciones electorales del Presidente.





